¿Te apetece una escapada auténtica donde se mezclan pinar, arena blanca, agua cristalina y vistazas hacia las Islas Cíes? La Playa de Melide, en Cabo Home (Cangas do Morrazo), es ese rincón gallego que enamora sin pretenderlo.
Otras playas de la zona y que quedan de camino, antes de llegar a Cabo Home, son la playa de Nerga primero y la playa de Barra después. Ambas merecen la pena la visita, aunque recuerda que Barra es nudista, hay que tener respeto por las tradiciones.
¿Dónde está y cómo llegar?
Esta playa se encuentra en la península del Morrazo, en la zona de Cabo Home, dentro del Espacio Natural Protegido de la Costa da Vela.
Para llegar, lo más común es dejar el coche cerca de Donón y caminar por una pista forestal durante unos 15–20 minutos; el paseo entre pinos y eucaliptos ya es parte de la experiencia. El último tramo para llegar en coche es camino de tierra, arena y piedra y con mucho bache. Lo peor no es al ir, lo peor es el camino de vuelta, otro distinto, donde está bastante peor en cuanto a baches y agujeros.
Así es la playa
Arenal de unos 250 m de longitud y 40 m de ancho, de arena fina, dorada y agua transparente. Está protegida del viento por Punta Robaleira y Punta Subrido. Se abre al Atlántico frente a las Islas Cíes, a apenas 3 km. Percibe un ambiente salvaje y tranquilo, con ocupación media incluso en verano, ideal para quienes buscan desconexión.
Qué hacer y ver más allá del baño
Senderismo por Cabo Home: recorres acantilados, faros (Cabo Home, Punta Robaleira, Punta Subrido) y miradores perfectos para ver la ría y las Cíes.
El Faro de Punta Robaleira se distingue por su rojo intenso.
Justo a sus espaldas se levanta el Faro de Cabo Home.
En la otra punta, Punta Subrido, nos encontramos con un faro del estilo de Cabo Home.
Subida al Monte do Facho: rutas que llevan a vistas panorámicas sobre la costa, ideal para cerrar el día con vistas épicas
Atardeceres de película: la playa brilla con luz dorada cuando cae el sol, con su reflejo sobre el mar y las Cíes al fondo. En este punto ideal también hay un restaurante con un jardín amplio donde tomar algo mientras esperamos por la puesta de sol.
Por qué ir a Melide
- Tranquilidad total: alejada del turismo masivo, perfecta para relajarte con la naturaleza.
- Paisaje de ensueño: tonos caribeños de agua, arena fina y pinar, con silueta de Cíes al fondo.
- Entorno protegido y hermoso: rincón virgen y cuidado con rutas ligeras para explorar.
- Escapada completa: terminas con un pico de adrenalina visual al subir al Monte do Facho o recorrer la costa.
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